Bodegas Belote elabora vinos de pueblo en el seno de una cueva, “vinos de cueva”, de manera tradicional y sin intervención.  Una bodega excavada en las laderas de una colina con pequeña pendiente donde desde hace más de 500 años se elaboraban los vinos en un ambiente estable, oscuro y silencioso y a temperatura constante.

Alberto Viejo comenzó su proyecto con toda su ilusión para mantener un pueblo que veía desaparecer y con él todas sus posibilidades, sus tradiciones, el valor del suelo, de los microorganismos… Acondicionó la cueva y  llevó la tecnología necesaria para elaborar vino de calidad. Ahora son cuatro socios, amantes de las uvas Prieto Picudo y sus técnicas de elaboración como lo hacían sus abuelos.

Trabajan con una filosofía común, recuperación del entorno y el mantenimiento de la savia de un área geográfica privilegiado.

Los viñedos tienen más de 15 años de antigüedad y crecen en un suelo arcilloso a 900 metros de altitud. La recogida de la uva se produce en el momento óptimo de maduración para dar a los vinos ese aroma tan especial. A continuación se lleva a una fermentación espontánea en una tinaja de barro, encubada con pastas y con el esqueleto del racimo. Se produce una crianza oxidativa en la misma tinaja.

En la cueva se puede encontrar, en el rincón más escondido, una cuba de hormigón, un depósito donde se elaboraban los vinos desde el año 1947.

Bodegas Belote tiene diferentes gamas: Calandria Albarín, Caverno Albarín, Calandria Rosado y Caverno Rosado de Prieto Picudo y tres tintos: Calandria, Caverno y Belote, su gama alta, de Prieto Picudo.